Agarra el manillar y vete a divertirte
Uno, dos, tres - cambia de pierna y otra vez: uno, dos, tres rebotes y atravesarás la ciudad como un reloj. En todas las cuestas se va a paso ligero, y cuando la cosa se pone difícil, se baja y se empuja esa parte de la rotonda. En las bajadas, podrá tomarse la carretera con calma, pero no se olvide de frenar: no se sorprenda por un bache profundo. Con un scooter, serás tan rápido como un ciclista y no estarás encerrado en un portaequipajes, simplemente llévalo contigo.